martes, 27 de septiembre de 2011

Oblicuidades entre significar, ser y hacer (2011)







LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
Exposición colectiva
Desborde Galería


Una de las características del arte hoy, es el mestizaje vinculante de experiencias artísticas de diferente especie: video, fotografía, performance, dibujo, escultura, Net art, interactivo y demás. No deja de ser sorprendente, sin embargo, que en este nuevo ecosistema se acepten y se revitalicen las prácticas consideradas como tradicionales como la pintura, el dibujo y la escultura.
LAS APARIENCIAS ENGAÑAN es no solo una muestra donde esto se hace evidente sino también un corte fresco de lo que sucede con los nuevos artistas hoy. Así, bien vale la pena examinar muy brevemente la participación de cada uno de ellos.


El Colectivo Zunga, con humor, viene realizando obras en video donde cuestionan lo que se espera de una mujer. En Boquita de caramelo (2009) por ejemplo, una trampa audiovisual donde la vista es llamada al engaño y el oído al desengaño, un mosaico de bocas pintadas eructaban en un loop-cascada . En Oblicuidades entre significar, ser y hacer (2011) un nuevo bucle parodia el obsesivo código cultural que parecen cargar las mujeres. Manuel Barón quien ha realizado secuencias fotográficas con el equipamiento más básico para realizar observaciones sobre la vida cotidiana, ha realizado el tránsito hacia el video, valiéndose del tiempo y el movimiento, y manteniendo la extrema economía de medios. En sus pequeños relatos -que tienen versiones graficas alternativas- como es el caso de Con la comida no se juega (2010) es clara una crítica a la modernización sin modernidad, al desarrollismo, a la asimetría entre centro y región, y la pervivencia de lo rural en lo urbano que caracteriza a la sociedad colombiana. Los dibujos de Felipe Barreiro, que comparten el interés por el plano secuencia, se multiplican en un montaje que recuerda experiencias a control remoto. Según el propio Barreiro “este conjunto de dibujos agota las contradicciones: las imágenes hablan de la armonía y el conflicto, la seguridad y el peligro, y no guardar silencio sobre el extremo que se encuentra entre los dos-la existencia de lo inquietante. Las imágenes se han retirado de momento y el "espacio intermedio" liberado de su guión original, bajo la dirección de espectador asume nuevas formas.” Felipe Bonilla, en Isla (2010) un paisaje tridimensional, hace un claro retrato del capitalismo hoy, pendular, magnético y re configurador de nuestra geografía. Su obra, además, más que un ajuste de cuentas, es una puesta a punto entre lo que podríamos llamar escultórico y lo interactivo. Según lo descrito se hace evidente, que el grupo acá conformado, un conjunto insular interconectado, expone no solo las múltiples alternativas para un artista hoy en términos formales sino también, y quizá esencialmente, opiniones claras y honestas sobre nuestra condición actual.


Santiago Rueda

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