“es cierto que la
pobreza masiva en el sentido moderno solamente apareció cuando la difusión de
la economía de mercado rompió los lazos comunitarios y privó a millones de
personas del acceso a la tierra,
al agua y a otros recursos.”
Arturo Escobar en La
invención del Tercer Mundo Construcción y deconstrucción del desarrollo
El banquete del Millón, conocido
evento iniciado por el Padre Rafael García Herreros en 1960 Con el fin de
recoger fondos para “regalar” casas a familias pobres, configura en el
imaginario de la sociedad bogotana un complejo sistema de valores que mezcla la
misericordia del poderoso con el ideal de mujer bella, bondadosa y servicial
encarnado en la Reina de Belleza y el sumiso agradecimiento del pueblo que
recibe bajo la figura de la caridad aquello a lo que debería tener acceso
mediante el cumplimiento de los derechos fundamentales.
Tras esa oscura figura de
solidaridad con el pobre, queda oculto el hecho de que aquellos que pagan en el
banquete un alto costo económico por un plato de chagua servido por reinas de
belleza, son los mismos que tienen el poder de legislar sobre temas que tocan
las causas estructurales que producen y reproducen la pobreza en Colombia, y
que sin embargo no lo hacen, por el contrario permiten que el modelo se
perpetúe de forma indefinida.
En este contexto, la acción
consiste en que dos mujeres representantes de “La Belleza y la solidaridad”
amasan pan blandito mojado en changua para armar pequeñas y esperpénticas casas
que organizan meticulosamente frente a la mirada curiosa del transeúnte que sin
ser invitado toma y devora las casitas, agradeciendo y bendiciendo a este par
de beldades, dando cumplimiento a la popular sentencia de “Gratis hasta un
puño”